Digitalización y transformación digital

Digitalización y transformación digital

En esta nota nos enfocaremos en las diferencias sustantivas entre estos dos términos. Es frecuente encontrarlos en diversas fuentes como sinónimos, a pesar de corresponderse a fenómenos distintos y cuyas diferencias son relevantes para las organizaciones. De cualquier forma, importa mencionar que existe un debate abierto aún y que ambos conceptos evolucionan junto con la comprensión del fenómeno de digitalización.

En este documento, se presentan ambos conceptos: digitalización y transformación digital como etapas secuenciales que conllevan una serie de cambios profundos en las operaciones de las instituciones y su creación valor.

La potencial confusión entre ambos términos tiene probablemente su origen en la evolución de la comprensión del proceso de digitalización, y también en los diversos agentes que promueven narrativas alrededor de esta temática y que requieren diferenciarse de las ya existentes.

Una búsqueda en Google Trends por el término digital transformation permite observar que su uso explotó hace no mucho tiempo y que, en ese período se convierte en un buzzword (palabra popular o de moda), empezando a ser utilizado en forma indistinta del término digitalization.

Una empresa u organización que decida abordar estos procesos requiere naturalmente poder diferenciarlos de forma de escoger las estrategias adecuadas; pero también como instrumento para interactuar con proveedores y consultores que en muchos casos hacen abuso de los buzzwords. A este efecto, ensayamos a continuación, y en forma muy concisa, descripciones para ambos términos.

Digitalización: hace referencia a la incorporación de herramientas digitales para manipulación de información y datos en los procesos de trabajo de una organización. Estas herramientas y su aplicación modifican la forma en que las personas interactúan, realizan tareas y en cómo se establecen sinergias entre organizaciones y clientes. Se utiliza la tecnología para cambiar la forma de hacer el trabajo, resultando muchas veces en procesos híbridos entre lo físico y digital, combinando operaciones autónomas y manuales.

Los procesos de digitalización no modifican sustantivamente marcos regulatorios, etapas de los procesos administrativos ni las estrategias organizacionales; sino que las tecnologías se aplican allí donde el proceso de trabajo preexistente lo permite, logrando ganancias en eficiencia pero no modificando fundamentalmente cómo la organización trabaja. En este sentido, la organización no innova, ni cambia su modelo de negocio.

Transformación digital: se entiende que una organización se ha transformado digitalmente si ha alcanzado un estado donde dispone de la capacidad de articular procesos, competencias y tecnología para enfrentar en forma flexible los impactos y demandas externas cada vez más frecuentes y cambiantes, producto de la economía digital. Para ello será clave invertir en forma simultánea y complementaria en cambios de cultura organizacional, el desarrollo de las competencias de los trabajadores, y la tecnología que permita operacionalizar los objetivos de cambio que la organización se proponga.

De lo anterior se deriva que llevar adelante la transformación digital de una organización no puede enfocarse centralmente en la adquisición de tecnología. Por el contrario, la inversión en componentes intangibles (competencias y cultura) juegan un rol tan importante o más que dotar de equipamiento tecnológico a los trabajadores. Para el proceso de cambio de cultura y de nueva organización del trabajo será clave apostar al desarrollo de competencias transversales y socioemocionales. 

En lo que a la formación profesional (FP) refiere, los desafíos son múltiples. Por una parte, iniciar el propio proceso de transformación digital, al tiempo que muchas áreas de las organizaciones aún requieren pasar por etapas de digitalización pura y simple. Este objetivo, en cualquier caso, puede estar dentro de las capacidades y control de la institución.

Por otra parte, la FP se ve enfrentada a promover la transformación digital de las empresas para las que desarrolla su acción. Este es un objetivo que puede presentarse más esquivo, en cuanto que las instituciones de formación rara vez tienen por mandato, actuar sobre la cultura organizacional de las empresas. A su vez, la FP desarrolla actividad para una variedad de empresas donde algunas están en necesidad de digitalización de información, otras de procesos y solo un número menor preparadas la transformación digital.

Fuentes para realizar esta nota: