A partir de los criterios rectores comunes, el modelo de referencia identifica y propone una redefinición de los componentes de la política para que ésta se fortalezca como herramienta proactiva para un desarrollo social y económico sostenible e incluyente. Su efectividad se ha comprobado porque se puede aplicar desde un centro de formación pequeño - que acompaña a su población desde que se acerca a pedir información sobre oportunidades de inserción hasta que logra consolidar el desarrollo de una microempresa - pasando por una gran institución de formación o un organismo rector hasta llegar a un servicio nacional o municipal de apoyo al empleo.

Dichos componentes son:

• Articulación con el entorno productivo y social 
• Orientación laboral
• Estrategias complementarias 
• Planificación y desarrollo curricular 
• Comunicación 
• Monitoreo y evaluación
• Sistematización y diseminación 

Cabe aclarar que se les denomina componentes en concordancia con el enfoque sistémico global: representan un campo de disciplina específico, tienen responsabilidad integradora de recursos y aportan en función de un objetivo que los trasciende y para cuya consecución no basta con ellos solos. A su interior se desarrollan diversas líneas de acción que, a su vez, pueden tener el rango de subcomponentes.

En el quehacer concreto de cada entidad el componente suele asumir otras denominaciones y distintos alcances organizativos: puede tratarse de uno o varios especialistas que se responsabilizan de su finalidad y de las funciones inherentes, puede tener categoría de área o departamento e incluso puede llegar a ser considerado como un subsistema específico (por ejemplo: Orientación e Intermediación Laboral). Pero, sea cual sea su condición organizativa, todos deberían estar presentes e interactuando para lograr el objetivo común de mejorar la empleabilidad, la competitividad y la productividad. El punto de convergencia del modelo es el Proyecto Ocupacional.

• El Proyecto Ocupacional es un dispositivo estratégico y la metodología de formación propuesta para incrementar las competencias de empleabilidad y ciudadanía y para acceder a un trabajo decente de los sujetos destinatarios (individuales y colectivos) de las acciones de formación que cada institución lleva adelante. Todas las dimensiones y componentes de la política formativa aportan a su concreción.  
• El Proyecto Institucional de Innovación (PI) es una herramienta de gestión que se propone adopten las instituciones participantes para orientar las acciones y procesos dirigidos a la mejora continua de la calidad y la equidad de sus políticas. 

El PI y el PO tienen por ende una relación de interdependencia que hace que la instrumentación de uno necesite del otro y viceversa.

Los criterios rectores constituyen las orientaciones, el marco referencial del diseño y la gestión de una política formativa para el siglo XXI y se tornan operativos mediante los diversos componentes que deben asumirlos como norte de su quehacer. Esto implica que deben estar presentes en todos los componentes y en sus interrelaciones. Ahora bien, en la práctica cotidiana determinados componentes lideran o encarnan de manera prioritaria uno o más criterios.