Joven emprendedor rural y fondo de tierras - JERFT. México
Objetivo general
Lograr que el joven emprendedor rural cree su propia agroempresa rentable y sustentable en el núcleo agrario al que pertenece.
Objetivos específicos
Que el joven emprendedor rural:
- desarrolle capacidades de organización para trabajar en grupo;
- desarrolle habilidades y capacidades técnico-productivas y empresariales, para implementar su agroempresa;
- acceda a la tierra y capital para implementar su agroempresa; y,
- desarrolle actividades de mejora continua.
Sujetos agrarios¹, de entre 18 y 39 años, que habiten en alguno de los núcleos agrarios², cumplan los criterios de cobertura y tengan el interés de implementar una agroempresa.
El programa aplicará en los núcleos agrarios de los municipios que cumplan con los siguientes criterios:
- Estén considerados como Zona de Atención Prioritaria (ZAP, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 07/12/2009, Declaratoria de las Zonas de Atención Prioritaria).
- Se encuentren certificados, en términos del artículo 56 de la Ley Agraria.
- No tengan conflicto agrario.
- Tengan potencial productivo, cuenten con infraestructura y mercado local, para implementar un proyecto agroempresarial.
¹ Sujeto agrario: el ejidatario, comunero, sucesor de ejidatario o comunero, avecindado y posesionario que sea reconocido conforme la Ley Agraria.
² Núcleo agrario: el ejido o comunidad constituido legalmente mediante resolución agraria administrativa, resolución jurisdiccional o acuerdo de voluntades, de conformidad con lo establecido en los artículos 90 y 91 de la Ley Agraria.
El programa inició para responder a la falta de acceso de los jóvenes a la tierra así como a las necesidades de una nueva generación de jóvenes empresarios rurales. Pretende constituirse como un eje fundamental de la política agraria dirigida a promover el desarrollo de iniciativas productivas, facilitando el acceso a la tierra y a los recursos de capital necesarios para desarrollar proyectos agroempresariales rentables y sustentables que les permitan, a los beneficiarios, incrementar sus ingresos.
Otorga apoyo directo e indirecto para constituir la garantía de financiamiento.
Se desarrolla en dos etapas:
- Proyecto escuela: los jóvenes aprenden y desarrollan habilidades técnico-productivas y empresariales con un modelo de agroempresa a escala;
- Proyecto agroempresarial: el joven emprendedor rural desarrolla un proceso de planeación, gestión e implementación de una agroempresa, asociada con la explotación sustentable de la tierra y sus recursos.
El programa brinda los siguientes apoyos:
- Etapa 1:
- pagar los honorarios de la capacitación técnica y empresarial;
- comprar activos fijos y capital de trabajo para crear un prototipo de negocio;
- recibir una beca (equivalente a un salario mínimo mensual) hasta por 120 días.
- Etapa 2:
- comprar o rentar derechos parcelarios, donde será instalada la agroempresa;
- comprar activos fijos;
- acceder al financiamiento (garantía líquida) para capital de trabajo y activos fijos adicionales;
- pagar los honorarios del tutor de negocios.
Con los apoyos económicos los jóvenes fueron capacitados para iniciar proyectos relacionados con la engorda de ovinos y bovinos; la producción e industrialización de leche de cabra y quesos; la elaboración y comercialización de alimentos balanceados; la siembra de hortalizas y plantas ornamentales en invernadero; proyectos hortoacuícolas y siembra de maguey. Asimismo, se les instruyó para la producción de langostino, tilapia y otras variedades de pescado; para la puesta en marcha de parques ecoturísticos y el aprovechamiento de la madera; para la producción y procesamiento de nopal; para el manejo de maquinaría agrícola y siembra de cultivos anuales; así como para el abastecimiento y acopio de materias primas para la industria panificadora, entre otras actividades.
El programa ha atendido a tres grupos prioritarios: jóvenes, mujeres e indígenas. Su estrategia impulsa la organización para que, en los casos pertinentes, el proyecto tenga carácter colectivo, por medio de la asociación de varios jóvenes que les permitan incrementar sus ingresos.
Tiene un diagnóstico realizado por el Banco Mundial (México, proyecto piloto para posibilitar el acceso a la tierra a sujetos agrarios) que justifica la intervención de forma empírica y teórica, ya que los jóvenes en el sector rural enfrentan problemas para incorporarse a las actividades productivas y en la toma de decisiones de sus comunidades. Dicha incorporación puede contribuir a que el sector agrario incremente su productividad mediante tres factores complementarios: el fortalecimiento del capital humano; la adopción de nuevas tecnologías; la participación de los jóvenes.
- El procedimiento de selección de beneficiarios está basado en una serie de criterios de elegibilidad claramente especificados.
- El programa tiene una estrategia de cobertura que incluye la definición de la población objetivo, especifica metas de cobertura anual, abarca un horizonte de mediano y largo plazo y es congruente con su diseño.
- Los recursos se otorgan bajo los criterios de objetividad, equidad, transparencia, publicidad, temporalidad, oportunidad y eficacia.
Las evaluaciones externas al programa arrojan resultados favorables que pueden dar evidencia a nivel nacional, de los efectos positivos atribuibles al mismo. Ha tenido buenos resultados en el indicador de su fin con un aumento promedio del ingreso de los beneficiarios en un 47%. Además, señalan que JERFT emplea los informes de evaluación externa de manera regular, institucionalizada y consensuada para definir acciones y actividades que contribuyan a mejorar su gestión o sus resultados.
La evaluación recomienda que el programa continúe operando y solo se efectúen los ajustes necesarios para mejorar su desempeño.
En la valoración final del programa se concluye que, el mismo tiene buenos resultados en los temas de diseño, planeación y orientación a resultados, y cobertura y focalización, pero no tan buenas en operación, percepción de la población atendida y resultados.
Según el Informe final de la evaluación de consistencia y resultados del Programa Joven Emprendedor Rural y Fondo de Tierras (abril de 2012):
De 2007 a 2011 se apoyaron 19.569 jóvenes en las distintas vertientes del programa; cabe aclarar que dicha cantidad se encuentra sobrestimada debido a que, por el propio diseño del programa, existe un traslape entre los beneficiarios de las distintas vertientes y la información recibida no permitió identificar a aquellos que han recibido más de un apoyo en los distintos años.
El programa atendió, durante 2009, beneficiarios de 9 entidades, 20 municipios y 21 localidades; en tanto que en 2010 fueron 20 entidades y 164 municipios (no se pudo identificar el número de localidades). Con base en el análisis de la información del padrón de beneficiarios de 2011, la cobertura geográfica en dicho año abarcó un total de 16 entidades, 59 municipios y 106 localidades.
En 2009, por medio del Joven Emprendedor Rural se crearon 142 agroempresas en beneficio de 835 jóvenes, propiciando el incremento de ingresos y opciones de empleo en los núcleos agrarios.
En abril de 2012 el programa reporta 278 beneficiarios en el proyecto escuela y 1.632 en el proyecto agroempresarial.
Según el informe del Programa JERFT en el marco de la Evaluación externa complementaria sobre la perspectiva de género de los programas de fomento de la Secretaría de la Reforma Agraria de FAO y la propia Secretaría:
Las actividades productivas del proyecto en 2010, fueron preponderantemente ganaderas (57% del total de proyectos), seguidas de las agrícolas (33%), la acuacultura (2%) y otras (8%).
El perfil general de los beneficiarios de proyectos agroempresariales, con datos derivados de la encuesta, indica que actualmente las mujeres y los hombres tienen un promedio de edad muy similar (32.4 y 32.9 años, respectivamente); las mujeres tienen un mayor grado de escolaridad (8.7 años contra 6.4 años de los hombres); hay una mayor proporción de solteros (18.1%) que de mujeres solteras (10.6%); las mujeres tienen más hijos (2.2%) que los hombres (1.9%); hay un 9% de mujeres que son jefas de familia, en tanto que en los hombres el 80% tiene esa responsabilidad; las mujeres aportan el 25.2% del ingreso de la familia, los hombres casi el 75%.