El consumo de alcohol o drogas por parte de los trabajadores afecta, además de su salud, el proceso socio-productivo, los resultados, el clima laboral y la identidad de la organización así como la calidad de vida, con consecuencias personales y sociales para el trabajador. Las condiciones y el medio ambiente de trabajo pueden incentivar el consumo de drogas o alcohol lo cual hace más vulnerable al trabajador a las mismas y más proclive a accidentes.